martes, febrero 16, 2021

Trilogía de Ella


Ella y el abrazo 


Ella voló siempre entre nidos y entre fuegos.

Muchas veces se quemó y se murió un poco.

Pero siempre resucitaron sus alas imperecederas.

En algunos vuelos era un ave rapaz, urgente.

En otros se convertía en un ángel de finales rotos.

Un día cercano, en un desvelo, confirmó su deseo.

Quería seguir volando, pero en un abrazo.


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Ella y los barriletes


Ella era feliz jugando con sus barriletes elegidos.

Los miraba volar, los olía, se reía, les hablaba, los deseaba.

A algunos los dejaba ir por un rato; otros eran apenas un espasmo.

A uno quería cortarle el hilo para tenerlo siempre. Pero se aburrió.

Ahora, se sigue preguntando cada día lo de casi siempre.

Entre tantos barriletes: ¿cuál será el que me invite a volar?

Hace poco, contaron unas aves que la vieron en el aire; estaba radiante.

El barrilete era multicolor, llamativo, sin flecos. Y ella con él, lucía feliz.


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Ella y lo que vendrá

Ella duerme, cansada de volar, envuelta en su propia belleza

Sabe, por intuición y por búsqueda, que algo está por venir

Mientras duerme, lo sueña a ese futuro y hasta le pone nombres

Sabe que hay incertidumbres, pero se anima, luce convencida

El barrilete multicolor, llamativo, sin flecos, la acompaña

Cuentan que Ella tuvo que ayudarlo porque no levantaba vuelo

Luego, ya en la noche siguiente, vuelan juntos, en otro abrazo