(Para Loli)
Niño de amor que había sido
De amor nuevo, de repente
Niño que viviste sin nacer
Sin mirar, sin decir, sin rozar
Niño que ya no estás
Y que fuiste sin saber
Niño que serás recuerdo
De una historia de abrazos
Niño sin nombre, sin después
Que serás siempre vida
Niño que sos pretendida poesía
Para que tu ausencia no hiera
martes, septiembre 22, 2015
martes, septiembre 08, 2015
La playa y la imaginación
El hombre pasea por la playa solitaria y encuentra, depositada en la orilla por las olas, una botella de cristal negro, con una señal muy extraña impresa en su tapón. Mientras lo desenrosca, el hombre piensa en sus lecturas de niño: el genio cautivo, los mensajes de náufragos. Abierta, la botella inicia una violentísima inhalación que aspira todo lo que la rodea, el hombre, la playa, las montañas, los pueblos, el mar, los veleros, las islas, el cielo, las nubes, el planeta, el sistema solar, la Vía Láctea, las galaxias. En pocos instantes, el universo entero ha quedado encerrado dentro de la botella. El movimiento ha sido tan brusco que se me ha caído la pluma de la mano y han quedado descolocados todos mis papeles. Recupero la pluma, ordeno los folios, empiezo a escribir otra vez la historia del hombre que pasea por la playa solitaria.
*Texto de José María Merino (La Coruña, 1941), en La glorieta de los fugitivos (Páginas de Espuma, 2007)
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