martes, enero 26, 2010

Las raíces de América



Eduardo Galeano, autor de "Las venas abiertas de América Latina", retrata los orígenes de nuestro continente. Una luz sobre esa historia tantas veces mal contada por las voces y las palabras del Imperio. Es la América de este uruguayo mago de las letras. La que él muestra, la que pone frente a su propio espejo, la que compartimos en su esencia.



Anotaciones:
"En nombre de la corona española, Cristóbal Colón fue encadenado, en su tercera travesía de la mar océana, y regresó preso a España. En nombre de la corona española, Vasco Núñez de Balboa perdió la cabeza. En nombre de la corona española, Pedro de Alvarado fue procesado y encarcelado. Diego de Almagro murió estrangulado por Francisco Pizarro, que acto seguido recibió dieciséis estocadas del hijo de su víctima.
Rodrigo de Bastidas, primer español que navegó el río Magdalena, acabó sus días acuchillado por su lugarteniente. Cristóbal de Olid, conquistador de Honduras, quedó sin pescuezo por orden de Hernán Cortés. Hernán Cortés, el conquistador más afortunado, que murió marqués y en cama, no se salvó de ser sometido a juicio por el enviado del rey". De 'Espejos' (2008). Siglo XXI Editores.

viernes, enero 22, 2010

Ahora se acuerdan...



Como si se tratara de un show necesariamente televisado, Estados Unidos se acordó -tras el terremoto devastador- de Haití, el país más pobre de América. Los olvidados, los invisibles, los nadies, los ningunos, los ninguneados ahora son el asombro del mundo que nunca los quiso mirar. Lo cuenta la historia de los que no escriben la historia. Lo retrata Galeano.

Sobre Haití


Por Eduardo Galeano
Los esclavos negros de Haití propinaron tremenda paliza al ejército de Napoleón Bonaparte; y en 1804 la bandera de los libres se alzó sobre las ruinas.
Pero Haití fue, desde el pique, un país arrasado. En los altares de las plantaciones francesas de azúcar se habían inmolado tierras y brazos, y las calamidades de la guerra habían exterminado a la tercera parte de la población.
El nacimiento de la independencia y la muerte de la esclavitud, hazañas negras, fueron humillaciones imperdonables para los blancos dueños del mundo.
Dieciocho generales de Napoleón habían sido enterrados en la isla rebelde. La nueva nación, parida en sangre, nació condenada al bloqueo y a la soledad: nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.
Por haber sido infiel al amo colonial, Haití fue obligada a pagar a Francia una indemnización gigantesca. Esa expiación del pecado de la dignidad, que estuvo pagando durante cerca de un siglo y medio, fue el precio que Francia le impuso para su reconocimiento diplomático.

Nadie más la reconoció. Tampoco la Gran Colombia de Simón Bolívar, aunque él le debía todo. Barcos, armas y soldados le había dado Haití, con la sola condición de que liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Después, cuando Bolívar triunfó en su guerra de independencia, se negó a invitar a Haití al congreso de las nuevas naciones americanas.
Haití siguió siendo la leprosa de las Américas.
Thomas Jefferson había advertido, desde el principio, que había que confinar la peste en esa isla, porque de allí provenía el mal ejemplo.
La peste, el mal ejemplo: desobediencia, caos, violencia. En Carolina del Sur, la ley permitía encarcelar a cualquier marinero negro, mientras su barco estuviera en puerto, por el riesgo de que pudiera contagiar la fiebre antiesclavista que amenazaba a todas las Américas. En Brasil, esa fiebre se llamaba haitianismo.

Texto de Eduardo Galeano, de su libro "Espejos". Editorial Siglo XXI (2008).

jueves, enero 14, 2010

Mundo se rifa







"La vida según Galeano", la serie de programas que emitió el Canal Encuentro, de Argentina. Aquí, un retrato de este mundo que se rifa.

Anotaciones:
"Nnimmo Bassey, compatriota de Ken Saro-Wiwa, visitó tierras latinoamericanas al año siguiente del asesinato de su amigo y compañero de lucha. En su diario de viaje, cuenta instructivas historias sobre los gigantes petroleros y sus impunes devastaciones.
En Curaçao, frente a las costas de Venezuela, la empresa Shell erigió en 1918 una gran refinería, que desde entonces viene echando humos venenosos sobre la pequeña isla. En 1983, las autoridades locales mandaron parar. Sin incluir los perjuicios a la salud de los habitantes, que son de valor inestimable, los expertos estimaron en 400 millones de dólares la indemnización mínima que la empresa debía pagar para que la refinería continuara operando.
La Shell no pagó nada, y en cambio compró impunidad a un precio de fábula infantil: vendió su refinería al gobierno de Curaçao, por un dólar, mediante un acuerdo que liberó a la empresa de cualquier responsabilidad por los daños que había infligido al medio ambiente en toda su jodida historia". Del libro 'Patas arriba, la escuela del mundo del revés', publicado en diciembre de 1998.

Post realizado desde Mar del Plata.

sábado, enero 09, 2010

Los otros muros



Detrás de las sombras de los muros del mundo, aparecen estos retratos de Eduardo Galeano para quitarlos del pretendido olvido. Para que se sepa a quiénes están separando. Para que conste su dañina existencia. Para que caigan.



Anotaciones:
"En 1947, la India se convirtió en país independiente.
Entonces cambiaron de opinión los grandes diarios hindúes, escritos en inglés, que se habían burlado de Mahatma Gandhi, personajito ridículo, cuando lanzó, en 1930, la marcha de la sal.
El imperio británico había alzado una muralla de troncos de cuatro mil seiscientos kilómetros de largo, entre el Himalaya y la costa de Orissa, para impedir el paso de la sal de esta tierra. La libre competencia prohibía la libertad: la India no era libre de consumir su propia sal, aunque era mejor y más barata que la sal importada desde Liverpool.
A la larga, la muralla envejeció y murió. Pero la prohibición continuó, y contra ella lanzó su marcha un hombre chiquito, huesudo, miope, que andaba medio desnudo y caminaba apoyado en un bastón de bambú.
A la cabeza de unos pocos peregrinos, Mahatma Gandhi inició una caminata hacia la mar. Al cabo de un mes, tras mucho andar, una multitud lo acompañaba. Cuando llegaron a la playa, cada uno recogió un puñado de sal. Así, cada uno violó la ley. Era la desobediencia civil contra el imperio británico.
Unos cuantos desobedientes cayeron ametrallados y más de cien mil marcharon presos. Presa estaba, también, su nación.
Diecisiete años después, la desobediencia la liberó". De 'Espejos' (2008). Siglo XXI Editores.

Post publicado desde Mar del Plata.

lunes, enero 04, 2010

Esos aplausos



Eduardo Galeano, en la Universidad de Córdoba, al recibir el título Honoris Causa, a fines de 2008. El aplauso unánime y final no es más que una consecuencia inevitable.

Anotaciones:
"Predicó en el desierto y murió solo.
Simón Rodríguez, que había sido maestro de Bolívar, anduvo medio siglo por los caminos de América, a lomo de mula, fundando escuelas y diciendo lo que nadie quería escuchar. Un incendio se llevó casi todos sus papeles. Éstas son algunas de las palabras que sobrevivieron.
* Sobre la independencia:
Somos independientes, pero no libres. Hágase algo por unos pobres pueblos que han venido a ser menos libres que antes. Antes tenían un rey pastor, que no se los comía sino después de muertos. Ahora se los come vivos el primero que llega.
. * Sobre el colonialismo mental:
La sabiduría de Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son, en América, dos enemigos de la libertad de pensar. Nada quieren las nuevas repúblicas admitir, que no traiga el pase... ¡Imiten la originalidad, ya que tratan de imitar todo!
* Sobre el colonialismo comercial:
Unos toman por prosperidad el ver sus puertos llenos de barcos... ajenos, y sus casas convertidas en almacenes de efectos... ajenos. Cada día llega una remesa de ropa hecha, y hasta de gorras para los indios. En breve se verán paquetitos dorados, con las armas de la corona, conteniendo greda preparada «por un nuevo proceder», para los muchachos acostumbrados a comer tierra.
* Sobre la educación popular:
Mandar recitar de memoria lo que no se entiende, es hacer papagayos. Enseñen a los niños a ser preguntones, para que se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos. Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra."

Post publicado desde Mar de las Pampas.