domingo, diciembre 27, 2009

Pelotas mal nacidas


Hay otra historia detrás de cada una de esas pelotas que lucirán impecables a partir del 31 de mayo, cuando comience el Mundial de Japón y de Corea. En Jalandhar, en el estado indio de Punjab, como en otros tantos lugares de ese país y de otros países, se ven niños a los que todavía les falta bastante para ser adolescentes cosiendo balones de fútbol, obligados hasta el límite. Ellos, descalzos, desprovistos de todo, trabajan entre diez y doce horas diarias a cambio de casi nada, de indiferencia. Ellos, en lugar de jugar con una pelota como cualquier otro niño, las producen en condiciones infrahumanas. Es una práctica usual en territorios de carencias extremas.
Por eso, la agrupación Marcha Global contra la explotación de los niños presentó un informe ante la FIFA con los detalles de esta situación y un petitorio inevitable: "Que se termine ya todo esto; se trata de un crimen a la niñez", como señala el presidente de la entidad benéfica, Kailas Satyarthi. Sin embargo, no hubo respuestas de la FIFA, la empresa que más factura en el Mundo. Philippe Roy, coordinador de Marcha Global, señaló: "Han preferido hacerse los ciegos y los sordos. Pero conocen que India y Pakistán son los países que más productos oficiales de FIFA van a elaborar para el próximo Mundial y nosotros sabemos que miles de niños están involucrados en la producción de este material. Y esto no es nuevo. Es una historia que se repite. Y crece".
El secretario general de la FIFA, Michel Zen Ruffinen, indicó hace tiempo que esa entidad garantizaría que los productos (en especial los balones cuya licencia tiene la empresa Adidas) utilizados en la Copa del Mundo se elaborarían de acuerdo a las actuales normativas de trabajo. Sin embargo, Roy denuncia: "Adidas nunca ha respondido a lo que nuestro informe llama 'parte oscura del fútbol', que se refiere a la explotación infantil". Mientras se repiten pedidos a modo de clemencia. Mientras sólo hay silencio cómplice de los dueños del negocio. En Jalandhar y en muchas otras ciudades similares esos niños a los que no les dejan ser tales trabajan hasta el dolor, sufren.

*El texto fue publicado por el autor del Blog en 2002, en Clarín. Más de siete años después, nada cambió.



Post publicado desde Mar de las Pampas.