miércoles, febrero 20, 2008

El Maracaná más cercano


A consecuencia de la historia del potrero cercano que escribí recintemente, recibí varios mails. Y tengo el deseo de compartir uno de ellos, firmado por Mariano, porque representa el espíritu de ese texto y, sobre todo, de este blog.

Querido Waldemar: Mi nombre es Mariano. Sólo comentarte que me gustó mucho tu artículo del día de hoy "Breve Historia de un potrero". Y decirte, además, que justo en ese lugar, en ese mismo potrero, lleno de piedras y recuerdos, fue donde yo aprendí a jugar al fútbol. Por momentos parecía, al leer tus palabras, que estabas contando la historia de mi vida. Un amigo, acostumbrado a jugar en canchas de cesped sintético, al ver el potrero donde jugábamos dijo: "Esto es el Maracaná, viejo". Y por siempre le quedó ese nombre al lugar, y a nuestro equipo. Sé que no hablás de nuestro equipo porque nuestra historia en ese glorioso potrero la vivimos entre el ´86 y el ´90. Pero también tuvimos una gran racha si perder, a pesar de no ser ningunas luminarias del balón, quizá fuera la templanza de jugar entre cascotes. O la amistad de un grupo de amigos a prueba de piedras y fierros. A muchos de ellos los dejé de ver, espero que a través de tus palabras vuelvan a evocar esos momentos. Tal vez entonces podamos, de alguna forma, volver al viejo y querido Maracaná de Olazábal y Holmberg.
Un saludo y mil gracias.