martes, junio 11, 2024

La Independencia y las independencias


PUNTO 1: El contexto de 1816


El contexto durante la declaración de independencia de la Argentina en 1816 fue complejo y repleto de tensiones. En aquel tiempo, la Argentina se encontraba bajo el dominio colonial español, pero ya se habían gestado varios movimientos independentistas en diferentes regiones del país.

La invasión napoleónica a España y la posterior ocupación de la Península Ibérica debilitaron el control de la corona española sobre sus colonias, lo que generó un ambiente propicio para los movimientos independentistas en América Latina. En Argentina, este proceso fue impulsado por factores múltiples, como el descontento con el sistema colonial, las ideas ilustradas que promovían la igualdad y la libertad, y el deseo de autogobierno por parte de los criollos, que eran los descendientes de europeos nacidos en América.

En este contexto, representantes de las provincias argentinas se reunieron en el Congreso de Tucumán en 1816. Allí y en ese año, se proclamó la independencia de Argentina el 9 de julio. Sin embargo, la lucha por la independencia continuó durante varias temporadas más. Entonces, entre los enfrentamientos había dos focos principales: la resistencia de las autoridades españolas y los conflictos internos entre las diferentes facciones políticas y regionales del país.

La declaración de independencia de Argentina en 1816 marcó un hito importante en la historia del país y en la lucha por la emancipación de América Latina del dominio colonial europeo. De todos modos, el proceso independentista fue largo y complejo, y tuvo repercusiones políticas, sociales y económicas que se prolongaron durante décadas.



PUNTO 2: Un siglo después

En la Argentina de 1916 se produjo un acontecimiento político significativo: la celebración de las primeras elecciones presidenciales bajo la llamada Ley Sáenz Peña. Esta ley, sancionada en 1912, estableció el voto secreto, universal y obligatorio para los varones argentinos mayores de 18 años, poniendo fin al sistema electoral restrictivo que favorecía únicamente a una élite oligárquica.

A modo de paréntesis: las mujeres recién pudieron votar a nivel nacional en noviembre de 1951. Sin embargo, hubo otras pioneras. En 1889 Cecilia Grierson participó del Segundo Congreso Internacional de Mujeres realizado en Londres, fundó el Consejo de Mujeres al inicio del siglo XX y, en 1910, el Primer Congreso Feminista Internacional de la República Argentina. En 1907 la socialista Alicia Moreau de Justo creó el Comité Pro-Sufragio Femenino y, en 1911, Julieta Lanteri se presentó en las elecciones del Consejo Deliberante -no existía norma que lo impidiera-, y se transformó en la primera mujer en Latinoamérica en emitir un voto (a raíz de lo cual el Consejo sacó una ordenanza explicitando la exclusión del voto femenino). 

Como detalles complementarios del legado: Grierson hoy le pone nombre a la penúltima estación del tren Belgrano Norte; mientras que Lanteri acompaña con su apellido a la estación Facultad de Derecho de la UBA del subte H.

En cuanto al voto femenino también corresponde resaltar lo sucedido en San Juan en 1928. Por decreto de Aldo Cantoni, gobernador de la provincia cuyana, las mujeres pudieron votar por primera vez en América Latina. Según publicó el diario La Razón en su portada del 9 de abril (día siguiente a las históricas elecciones) votó el 84% de las mujeres y sólo el 70% de los hombres.

Las elecciones presidenciales de 1916 marcaron un hito en la historia política argentina al permitir una participación más amplia de la ciudadanía en la elección de sus representantes. El candidato Hipólito Yrigoyen, del partido radical, resultó victorioso en estas elecciones. Así se convirtió en el primer presidente electo democráticamente en la Argentina.

El gobierno de Yrigoyen inauguró un período conocido como la "década radical", caracterizado por reformas políticas, sociales y económicas destinadas a ampliar los derechos civiles y promover la inclusión social. Entre las medidas más destacadas durante su mandato se encuentran la implementación de leyes laborales (varias de ellas redactadas por su amigo Jorge Newbery), la expansión de la educación pública y el impulso a la industria nacional.


PUNTO 3: Los desafíos de la independencia

Argentina enfrenta una serie de desafíos en el contexto de la consolidación de su independencia. Surgen como los principales aspectos:

La búsqueda de la independencia económica: Argentina necesita fortalecer su economía y reducir su dependencia de factores externos, como la volatilidad de los mercados financieros internacionales y la deuda externa, contraída durante la presidencia de Mauricio Macri, en tiempos en los que el actual ministro de economía, Luis Caputo, formaba parte central de la mesa de decisiones dentro de aquel Gobierno en su condición de titular del Banco Central. La deuda contraída no sólo fue récord para la historia argentina sino también para la del Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Una salida? "Esta coyuntura obliga a promover la inversión en sectores estratégicos, impulsar la producción nacional y fomentar el desarrollo de políticas económicas sostenibles", explica el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

La necesidad de la soberanía política: Aunque Argentina es un país independiente, enfrenta desafíos en términos de fortalecimiento de sus instituciones democráticas. La creación del DNU 70/2023, con su carácter desgulador, es -a simple vista o no tanto- un peligro ante las facilidades de capitales extranjeros de intervenir en la economía e incluso de estados asociados a tales capitales de intervenir en nuestra soberanía. Los ejemplos que ofrece el RIGI, la cercanía con los Estados Unidos (que, dicho por sus propias autoridades, entiende a la Argentina como la puerta al "Continente Blanco", la Antártida). Se recuerda: está planificada una base naval integrada en la provincia de Tierra del Fuego.

La relevancia de la autonomía tecnológica: En un mundo cada vez más digitalizado, Argentina necesita desarrollar capacidades tecnológicas propias y reducir su dependencia de tecnologías extranjeras. Esto implica invertir en investigación y desarrollo, promover la innovación tecnológica y fomentar la formación de talento local en ciencia y tecnología. Decisiones del Gobierno actual (reducción de presupuesta para universadades públicas y para ciencia y tecnología, entre otras) atentan contra esa búsqueda. "Desinvertir en esos aspectos estratégicos es un modo de suicidadarse lentamente como país", indica Guillermo Durán, decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.

La imprescindile soberanía alimentaria: La seguridad alimentaria es un aspecto crucial para la independencia de cualquier país. Argentina, como uno de los principales productores de alimentos del mundo, enfrenta el desafío de garantizar el acceso a alimentos saludables y nutritivos para toda su población, así como de proteger su agricultura familiar y la diversidad de sus cultivos. Sin embargo, la realidad respecto de la posibilidad que ofrecen los recursos dista mucho de ser la ideal. Casi todo lo contrario: los índices crecientes de pobreza y hasta de indigencia dan cuenta inequívoca de la mala/pésima distribución de los recursos.

Lo valioso de la independencia energética y ambiental: La diversificación de la matriz energética y la adopción de políticas ambientales sostenibles son fundamentales para asegurar la independencia energética y reducir el impacto ambiental. Argentina debe promover el uso de fuentes de energía renovable (tal como reclama la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y tal como invita el Papa Francisco desde su encíclica Laudato Sí), así como la conservación y el uso sostenible de sus recursos naturales. Vaca Muerta, los hallazgos realizados por la Federación Rusa en el sector antártico argentino y las exploraciones en las afueras de Mar del Plata cuentan la cantidad de recursos propios que el mundo necesita y reclama. Lo mismo sucede con los metales preciosos de la Cordillera Andina y con los metales estratégicos como el litio en las provincias fronterizas con Bolivia y Chile. Las políticas públicas que se apliquen en el recorrido de la década pueden resultar vitales para darle impulso a una Argentina golpeada, pero siempre abrazada a su larga vida de resiliencias.

*Acá comienza un nuevo espacio y una nueva etapa de este Blog tan querido y con tantos vaivenes. Retomé la carrera de Abogacía en la Universidad Siglo 21 (la segunda de la Argentina en educación a distancia y la undécima en Iberoamérica), luego de mucho tiempo de mi paso por la UBA. No abandono el periodismo y muchos menos las palabras. Por eso, con el impulso de un comienzo de asombro (9,20 de promedio en las primeras 15 notas; y hasta la convocatoria desde el Centro de Sustentabiliad Social para sumarme al Desafío Pro Bono Argentina 2024, un programa liderado por la Red Federal Pro Bono) iré publicando en este recóndito y encantador espacio textos de este recorrido que ya tomó forma y hasta velocidad...