miércoles, marzo 06, 2013
Morazán, los unidos y los educados
A Centroamérica le partieron el mapa
Francisco Morazán no murió en la primera descarga. Se levantó, como pudo, y él mismo mandó corregir la puntería y dio la orden de fuego. Después, el tiro de gracia le partió la cabeza.
Partida quedó, también, Centroamérica. Cinco pedazos que ahora son seis. Estos seis países, que se ignoran y se malquieren, habían sido, en tiempos de Morazán, una sola república. El había presidido Centroamérica desde 1830 hasta 1838. La había querido unida, y por ella peleó.
En su última batalla, reunió a ochenta hombres contra cinco mil. Cuando entró en San José de Costa Rica, atado al caballo, una multitud lo miró pasar en silencio. Al rato nomás, recibió sentencia y fue fusilado y durante muchas horas siguió acribillándolo la lluvia.
Cuando Morazán nació, en Honduras, no había allí ni una sola escuela pública y ningún hospital donde los pobres pudieran entrar antes de pasar al cementerio.
Morazán convirtió los conventos en escuelas y hospitales, en Honduras y en toda Centroamérica, y el alto clero denunció que este Satán expulsado del Cielo tenía la culpa de la viruela y de la sequía y de la guerra que la Iglesia hizo contra él.
Trece años después de la caída de Morazán, William Walker invadió estas tierras...
Eduardo Galeano, en el libro "Espejos" (2008).
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Alta es la noche y Morazán vigila
Invasores llenaron tu morada.
Y te partieron como fruta muerta,
y otros sellaron sobre tus espaldas
los dientes de una estirpe sanguinaria,
y otros te saquearon en los puertos
cargando sangre sobre tus dolores.
Pablo Neruda (Canto General, XXXI) sobre Francisco Morazán, el hombre que unió a Centroamérica, el líder de la República Federal de Centroamérica.
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"Ninguna frivolidad se notaba en sus costumbres, tan puras, sencillas y arregladas. Huía de las diversiones, lo mismo que de exhibirse y lucirse. Evitaba las demostraciones de simpatía, los banquetes y las liviandades, pero lo complacía en extremo el trato de los hombres ilustrados, aunque fueran sus enemigos...nadie le temió, porque jamás se le vio un acto de ferocidad ni ensañamiento. Sus mayores enemigos, deponían sus iras en su presencia, porque viéndole era imposible odiarle".
Antonio Grimaldi, en el libro "Morazán y la Federación Centroamericana", de Arturo Humberto Montes.
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En honor al prócer hondureño, la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, fundada hace 56 años, lleva su nombre.
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El himno a Francisco Morazán.